Hace poco, un amigo me contó que una vez le pidió una cita a una chica, y ésta a parte de negarse, le dijo algo que lo desconcertó un poco: le dijo que eso no se hacía así, que nunca debía de pedirle salir a una chica. Por lo cual, le generó la siguiente duda: Si me gustas, y según tú no puedo invitarte a salir, ¿qué carajo hago?
Pues… la respuesta a esta pregunta es: amigo, esa chica sencillamente te ha querido quitar del medio, y esa ha sido la única excusa que se le ocurrió en ese momento. Porque por lógica, si le gustas a una chica y ella te gusta a ti, tarde o temprano tendréis que quedar. Y más vale que sea temprano, porque te estás arriesgando a caer en la temida zona del amigo. ¿Entonces a qué viene eso de que nunca pidas salir a una chica, si ella posiblemente lo esté deseando más que tú?
Por regla general, cuando pedimos consejo, y sobretodo si se lo pedimos a las chicas, te dirán que lo mejor es que te dejes llevar por el momento y dejes que la situación surja sola. Y sí, puede que en algunas ocasiones sea útil. Aunque yo también probé eso. Una vez me senté delante de una chica que me gustaba y me puse a mirarla fijamente, esperando que surgiese algo. Yo creía que con mi energía bastaría. En las películas pasa. ¿Pero sabes qué pasó? No solo no surgió nada, sino que casi llama a la policía. Y eso no solo pasó con ella, sino con otras 50 tías más. ¿Acaso crees que lo que hago está fuera de lo normal? No. Es lo que aconsejan ellas.
Por eso, para los que no les surge la ocasión ni pagando, os propongo la siguiente reflexión: cuando llevas toda tu vida guiándote por tu instinto, por la situación, o por el sentido común y no te ha funcionado nunca, ¿será tal vez que algo en la lógica anterior falla?
Pues para contestar a esta pregunta, he diseñado este nuevo minimanual. ¿Cómo pedirle salir a la chica que te gusta?
Empecemos como siempre eliminando falsos mitos. Por norma general, cuando una chica habla de sus citas delante de sus amigas “y amigos”, suele ser bastante conservadora. Parece que nadie puede tocarla, salvo su príncipe azul. A contraposición de los tíos, que son unos morbosos y no escatiman en detalles. Ya sabéis a lo que me refiero. Sin embargo, en su fuero interior, las chicas no son tan remilgadas. Te cuento:
- A pesar de lo que digan, a ellas les gusta salir con chicos. Aunque pocas veces tomarán la iniciativa de pedirlo.
- A pesar de lo que digan, a ellas les gusta sentir que están siendo ligadas. Lo que no les gusta es sentir que están siendo conquistadas demasiado pronto.
- A pesar de lo que digan, les encanta sentir esa tensión sexual que se produce cuando está frente al chico que les gusta. Aunque sí se sienten incómodas cuando esa tensión la experimentan cerca de amigos o personas conocidas.
¿Por qué tanta complicación? Si sabemos a ciencia cierta que las chicas buscan lo mismo que los chicos. Eso es lo que nos llevan enseñando desde que estamos en el colegio. Igualdad para todo. FALSO!!! Te la han clavado doblada. Las chicas no buscan lo mismo que los chicos, por mucho que te lo hayan hecho creer así. Aunque eso es otro tema que podría ser discutido en otro post. Volvamos a lo nuestro.
Las chicas sufren una constante dualidad. Por un lado, le intrigas, le atraes y le pica la curiosidad de saber más sobre ti. Pero por otra parte, se pregunta si eres la mejor opción, si eres lo suficientemente bueno para ella y si conseguirás satisfacer sus necesidades afectivas. No quiere ser poco selectiva e irse con alguien que la ve fácil, o la deje en ridículo delante de sus amigos. Y para nuestra sorpresa, la segunda balanza siempre tendrá más peso que la primera.
Por eso, gran parte de tu trabajo, sobretodo ANTES de que llegue esa cita, será estimular esa primera balanza para que gane peso.
En este punto vienen la mayoría de las negaciones a las propuestas. Puede que empieces a atraerla, pero no quiere exponerse a un cara a cara directo porque no se siente segura, o porque siente que la interacción va demasiado rápido. Posiblemente, en ese momento te lleves un “no”. Pero ahí no tiene por qué terminar la cosa. En ese momento, no te niega a ti, niega la proposición. Si trabajas un poco más esa primera parte de la balanza y generas más interés, en el futuro sí aceptará.
Y ahora sí, comencemos con la parte interesante. ¿Cuál debe ser tu disposición para pedir una cita? Apúntatelo bien:
- Siéntete seguro
- Justifica la cita
- Haz tú el plan
- Propón algo sencillo
- No te preguntes si le gustas o no
Antes que nada, siéntete seguro. Es exactamente eso lo que ella pide. Que le proporciones seguridad. Si te falta de ese ingrediente, pues mal empezamos. Esto es muy fácil de decir, pero muy difícil de aplicar. Está demostrado que los hombres nos atontamos una barbaridad cuando estamos delante de una chica guapa. Y si encima, queremos tema con esa chica guapa, peor. Inconscientemente, tu cerebro entiende así esta situación:
<<Está hablando con una chica. ¿Cómo? ¿Es la chica que te gusta?. Fóllatela, fóllatela, fóllatela, fóllatela…>>
Y sí, ese es el fin. Pero no eres un troglodita. Eres un ser civilizado, o al menos eso dice tu DNI. Es por eso por lo que te pones nervioso, por esa tensión inconsciente. Tienes que convencer a tu cerebro de que el fin último no es trajinártela, sino otro más inocente. Como que tienes curiosidad y quieres conocerla mejor. Esto te va a ser muy útil, porque así te será más fácil comprender la siguiente disposición: justifica la cita.
Las chicas son muy mal pensadas. Está en su naturaleza. Si propones un plan sin más, automáticamente pensarán: Me quiere violar!! Pero si das un “por qué” a esa quedada, si propones un contexto que ella pueda controlar y se sienta segura, entonces no tendrás reparos. Y si ese contexto proviene de algo que te haya contado ella, mejor. Ejemplo:
<<La verdad que me parece muy interesante lo que me estás contando, pero no tengo mucho tiempo para hablar. ¿Qué te parece si quedamos otro día y seguimos donde lo dejamos, Eh?? Dame tu número.>>
<<Mira, me caes bien. Cuando te he visto, pensé que ibas a ser un poco más seria, pero resulta que no, eres bastante simpática. Me gustaría saber más de ti. Mañana salgo pronto de trabajar. Si quieres, podemos quedar y así hablamos de tus clases de danza.>>
Como ves, la petición surge de algo que ella ha empezado a contar. Es un contexto cómodo, no implica mucho compromiso por su parte ni por la tuya, y promete ser algo distendido y agradable. Si lo verbalizas así, tu cerebro podrá convencerse:
<<Está bien. Solo queda con ella porque quieres conocerla mejor, o porque te parece divertida y quieres divertirte también… ¡Pero después te la follas!>>
Además, en estas afirmaciones también hay más truquitos ocultos. Como la limitación temporal, o un falso cumplido.
Otra advertencia: haz tú el plan, no dejes que sea ella la que proponga. Si le dices algo como:
<<Pelusita, ¿qué te apetecería hacer este fin de semana?>>
Su respuesta será un: <<No sé… Ya te diré>> Y ahí es donde quedará tu cita. No aportará nada más.
Y cuando me refiero a hacer el plan, me refiero a hacer el plan completo. Tampoco dejes a medias el momento:
<<¿Qué te parece si te invito a una copa un día de estos? ¿Qué día te viene bien?>>
<<Ay, es que últimamente estoy muy ocupada. No sé cuando tendré libre.>>
No. Eso lo haces con tus amigos. No con esta chica.
En estos casos eres como un animador sociocultural. Debes de delimitar la actividad y el horario. Si ella por lo que sea no puede en ese momento, pero sí quiere quedar contigo, propondrá una alternativa.
Para un primer encuentro, propón algo sencillo. Todas sueñan con una cita romántica con cena a la luz de las velas, y con un carruaje esperando en la puerta. Pero lo esperan de su príncipe azul que no existe. Tú por ahora eres un don nadie. Y si propones eso en una primera cita, sin estar seguro que a ella se le desploman las bragas en tu presencia, se notará que te estás esforzando demasiado para algo que seguramente ella no va a querer recompensar.
Propón algo sencillo. ¡Truco!. Si tuvieras que proponer algo rápido para hacer esta misma tarde, ¿qué es lo primero que se te ocurre? Pues ya está. Eso mismo. Quedar para tomar algo. ¿El qué generalmente? Un café. ¿Por qué cuando he hecho esta pregunta, lo primero que se me ha venido ha sido un café? Un secretito, ya que estamos en confianza:
Se ha demostrado que las interacciones tienen más probabilidades de ganar en intimidad si hay una bebida caliente de por medio. Ya sabes porque inconscientemente, proponemos un café. Y si no es de cafés, pues cualquier otro plan sencillo. Recuerda, que seas capaz de hacer en una tarde. Un paseo, patinar, montar en vici.
Y por último, y posiblemente lo más importante: Nunca te comas la cabeza preguntándote si le gustas o no le gustas.
<<¿Cómo que no? Si no le gusto, seguro que me dice que no. En mi caso, funciona así. Si me gusta una chica, salgo con ella. Y si no me gusta, no salgo. ¿O es que acaso no es así?>>
PUES NO, FILIPOLLIS!!! Resulta que eso también es falso!!! A los chicos y a las chicas nos gustan el sexo contrario cada uno a su manera. Los hombres somos más como unos interruptores, y las mujeres son más como un termostato. Y si no has comprendido la metáfora, te prometo que lo explicaré mejor en otro vídeo más adelante.
Las chicas no funcionan por valores absolutos. Aunque te digo una cosa: si propones un plan y ella dice que “sí, donde pudo haber dicho que “no” con toda libertad, entonces no tienes por qué preocuparte de nada. Y si te dice que “no”, no te desanimes demasiado. Recuerda, puede que haya dicho “no” al plan, pero no a ti. Si no le has dado motivos para que te considere como otro pelma que lo que quiere es un pinchito, puedes seguir en su juego.
Se me olvidaba. Si por lo que sea, te dice que no. Por lo que más quieras, no le preguntes por qué. Simplemente, no lo hagas.
Y si por lo que sea te ha expulsado para siempre del terreno de juego, ella se lo pierde. Piensa que tu vida es siempre más interesante como para perder tiempo en alguien que no quiere compartirla contigo.
Y bueno, hasta aquí el consejo para los hombres. Fácil, ¿verdad? No es nada complicado. Cuando se trata de chicas, nunca lo es. ¿O Sí?
Y para vosotras, chicas, si queréis ser pioneras en la práctica de pedir citas, ¿qué se os recomienda? Pues algo realmente difícil… Exáctamente lo mismo que lo expuesto que antes. Solo eliminad la justificación de la cita. No hace falta. Los chicos son literales. Si proponéis una tarde para hablar de futbol, por ejemplo, él irá con la única intención de hablar de futbol. Solo proponed el plan. Si os dice que sí, adelante. Peeeeero… si os dice que no. Aquí sí tengo una mala noticia para ustedes, chicas. Para una chica, puede que no sea su mejor momento, pero para un chico, un no es un no. Lo siento. Pero no te preocupes. Él se lo pierde igual.
Hasta aquí, ya sabemos cómo afrontar el hecho de pedir una cita al chico o la chica que nos gusta. Más adelante, prepararé otro para saber cómo planificar una buena quedada.
Y antes de irme, contestad: ¿Qué buscan los chicos de las chicas, y las chicas de los chicos?
Y ya está. Gracias por vuestra atención y nos vemos en el siguiente tema.
Pues… la respuesta a esta pregunta es: amigo, esa chica sencillamente te ha querido quitar del medio, y esa ha sido la única excusa que se le ocurrió en ese momento. Porque por lógica, si le gustas a una chica y ella te gusta a ti, tarde o temprano tendréis que quedar. Y más vale que sea temprano, porque te estás arriesgando a caer en la temida zona del amigo. ¿Entonces a qué viene eso de que nunca pidas salir a una chica, si ella posiblemente lo esté deseando más que tú?
Por regla general, cuando pedimos consejo, y sobretodo si se lo pedimos a las chicas, te dirán que lo mejor es que te dejes llevar por el momento y dejes que la situación surja sola. Y sí, puede que en algunas ocasiones sea útil. Aunque yo también probé eso. Una vez me senté delante de una chica que me gustaba y me puse a mirarla fijamente, esperando que surgiese algo. Yo creía que con mi energía bastaría. En las películas pasa. ¿Pero sabes qué pasó? No solo no surgió nada, sino que casi llama a la policía. Y eso no solo pasó con ella, sino con otras 50 tías más. ¿Acaso crees que lo que hago está fuera de lo normal? No. Es lo que aconsejan ellas.
Por eso, para los que no les surge la ocasión ni pagando, os propongo la siguiente reflexión: cuando llevas toda tu vida guiándote por tu instinto, por la situación, o por el sentido común y no te ha funcionado nunca, ¿será tal vez que algo en la lógica anterior falla?
Pues para contestar a esta pregunta, he diseñado este nuevo minimanual. ¿Cómo pedirle salir a la chica que te gusta?
Empecemos como siempre eliminando falsos mitos. Por norma general, cuando una chica habla de sus citas delante de sus amigas “y amigos”, suele ser bastante conservadora. Parece que nadie puede tocarla, salvo su príncipe azul. A contraposición de los tíos, que son unos morbosos y no escatiman en detalles. Ya sabéis a lo que me refiero. Sin embargo, en su fuero interior, las chicas no son tan remilgadas. Te cuento:
- A pesar de lo que digan, a ellas les gusta salir con chicos. Aunque pocas veces tomarán la iniciativa de pedirlo.
- A pesar de lo que digan, a ellas les gusta sentir que están siendo ligadas. Lo que no les gusta es sentir que están siendo conquistadas demasiado pronto.
- A pesar de lo que digan, les encanta sentir esa tensión sexual que se produce cuando está frente al chico que les gusta. Aunque sí se sienten incómodas cuando esa tensión la experimentan cerca de amigos o personas conocidas.
¿Por qué tanta complicación? Si sabemos a ciencia cierta que las chicas buscan lo mismo que los chicos. Eso es lo que nos llevan enseñando desde que estamos en el colegio. Igualdad para todo. FALSO!!! Te la han clavado doblada. Las chicas no buscan lo mismo que los chicos, por mucho que te lo hayan hecho creer así. Aunque eso es otro tema que podría ser discutido en otro post. Volvamos a lo nuestro.
Las chicas sufren una constante dualidad. Por un lado, le intrigas, le atraes y le pica la curiosidad de saber más sobre ti. Pero por otra parte, se pregunta si eres la mejor opción, si eres lo suficientemente bueno para ella y si conseguirás satisfacer sus necesidades afectivas. No quiere ser poco selectiva e irse con alguien que la ve fácil, o la deje en ridículo delante de sus amigos. Y para nuestra sorpresa, la segunda balanza siempre tendrá más peso que la primera.
Por eso, gran parte de tu trabajo, sobretodo ANTES de que llegue esa cita, será estimular esa primera balanza para que gane peso.
En este punto vienen la mayoría de las negaciones a las propuestas. Puede que empieces a atraerla, pero no quiere exponerse a un cara a cara directo porque no se siente segura, o porque siente que la interacción va demasiado rápido. Posiblemente, en ese momento te lleves un “no”. Pero ahí no tiene por qué terminar la cosa. En ese momento, no te niega a ti, niega la proposición. Si trabajas un poco más esa primera parte de la balanza y generas más interés, en el futuro sí aceptará.
Y ahora sí, comencemos con la parte interesante. ¿Cuál debe ser tu disposición para pedir una cita? Apúntatelo bien:
- Siéntete seguro
- Justifica la cita
- Haz tú el plan
- Propón algo sencillo
- No te preguntes si le gustas o no
Antes que nada, siéntete seguro. Es exactamente eso lo que ella pide. Que le proporciones seguridad. Si te falta de ese ingrediente, pues mal empezamos. Esto es muy fácil de decir, pero muy difícil de aplicar. Está demostrado que los hombres nos atontamos una barbaridad cuando estamos delante de una chica guapa. Y si encima, queremos tema con esa chica guapa, peor. Inconscientemente, tu cerebro entiende así esta situación:
<<Está hablando con una chica. ¿Cómo? ¿Es la chica que te gusta?. Fóllatela, fóllatela, fóllatela, fóllatela…>>
Y sí, ese es el fin. Pero no eres un troglodita. Eres un ser civilizado, o al menos eso dice tu DNI. Es por eso por lo que te pones nervioso, por esa tensión inconsciente. Tienes que convencer a tu cerebro de que el fin último no es trajinártela, sino otro más inocente. Como que tienes curiosidad y quieres conocerla mejor. Esto te va a ser muy útil, porque así te será más fácil comprender la siguiente disposición: justifica la cita.
Las chicas son muy mal pensadas. Está en su naturaleza. Si propones un plan sin más, automáticamente pensarán: Me quiere violar!! Pero si das un “por qué” a esa quedada, si propones un contexto que ella pueda controlar y se sienta segura, entonces no tendrás reparos. Y si ese contexto proviene de algo que te haya contado ella, mejor. Ejemplo:
<<La verdad que me parece muy interesante lo que me estás contando, pero no tengo mucho tiempo para hablar. ¿Qué te parece si quedamos otro día y seguimos donde lo dejamos, Eh?? Dame tu número.>>
<<Mira, me caes bien. Cuando te he visto, pensé que ibas a ser un poco más seria, pero resulta que no, eres bastante simpática. Me gustaría saber más de ti. Mañana salgo pronto de trabajar. Si quieres, podemos quedar y así hablamos de tus clases de danza.>>
Como ves, la petición surge de algo que ella ha empezado a contar. Es un contexto cómodo, no implica mucho compromiso por su parte ni por la tuya, y promete ser algo distendido y agradable. Si lo verbalizas así, tu cerebro podrá convencerse:
<<Está bien. Solo queda con ella porque quieres conocerla mejor, o porque te parece divertida y quieres divertirte también… ¡Pero después te la follas!>>
Además, en estas afirmaciones también hay más truquitos ocultos. Como la limitación temporal, o un falso cumplido.
Otra advertencia: haz tú el plan, no dejes que sea ella la que proponga. Si le dices algo como:
<<Pelusita, ¿qué te apetecería hacer este fin de semana?>>
Su respuesta será un: <<No sé… Ya te diré>> Y ahí es donde quedará tu cita. No aportará nada más.
Y cuando me refiero a hacer el plan, me refiero a hacer el plan completo. Tampoco dejes a medias el momento:
<<¿Qué te parece si te invito a una copa un día de estos? ¿Qué día te viene bien?>>
<<Ay, es que últimamente estoy muy ocupada. No sé cuando tendré libre.>>
No. Eso lo haces con tus amigos. No con esta chica.
En estos casos eres como un animador sociocultural. Debes de delimitar la actividad y el horario. Si ella por lo que sea no puede en ese momento, pero sí quiere quedar contigo, propondrá una alternativa.
Para un primer encuentro, propón algo sencillo. Todas sueñan con una cita romántica con cena a la luz de las velas, y con un carruaje esperando en la puerta. Pero lo esperan de su príncipe azul que no existe. Tú por ahora eres un don nadie. Y si propones eso en una primera cita, sin estar seguro que a ella se le desploman las bragas en tu presencia, se notará que te estás esforzando demasiado para algo que seguramente ella no va a querer recompensar.
Propón algo sencillo. ¡Truco!. Si tuvieras que proponer algo rápido para hacer esta misma tarde, ¿qué es lo primero que se te ocurre? Pues ya está. Eso mismo. Quedar para tomar algo. ¿El qué generalmente? Un café. ¿Por qué cuando he hecho esta pregunta, lo primero que se me ha venido ha sido un café? Un secretito, ya que estamos en confianza:
Se ha demostrado que las interacciones tienen más probabilidades de ganar en intimidad si hay una bebida caliente de por medio. Ya sabes porque inconscientemente, proponemos un café. Y si no es de cafés, pues cualquier otro plan sencillo. Recuerda, que seas capaz de hacer en una tarde. Un paseo, patinar, montar en vici.
Y por último, y posiblemente lo más importante: Nunca te comas la cabeza preguntándote si le gustas o no le gustas.
<<¿Cómo que no? Si no le gusto, seguro que me dice que no. En mi caso, funciona así. Si me gusta una chica, salgo con ella. Y si no me gusta, no salgo. ¿O es que acaso no es así?>>
PUES NO, FILIPOLLIS!!! Resulta que eso también es falso!!! A los chicos y a las chicas nos gustan el sexo contrario cada uno a su manera. Los hombres somos más como unos interruptores, y las mujeres son más como un termostato. Y si no has comprendido la metáfora, te prometo que lo explicaré mejor en otro vídeo más adelante.
Las chicas no funcionan por valores absolutos. Aunque te digo una cosa: si propones un plan y ella dice que “sí, donde pudo haber dicho que “no” con toda libertad, entonces no tienes por qué preocuparte de nada. Y si te dice que “no”, no te desanimes demasiado. Recuerda, puede que haya dicho “no” al plan, pero no a ti. Si no le has dado motivos para que te considere como otro pelma que lo que quiere es un pinchito, puedes seguir en su juego.
Se me olvidaba. Si por lo que sea, te dice que no. Por lo que más quieras, no le preguntes por qué. Simplemente, no lo hagas.
Y si por lo que sea te ha expulsado para siempre del terreno de juego, ella se lo pierde. Piensa que tu vida es siempre más interesante como para perder tiempo en alguien que no quiere compartirla contigo.
Y bueno, hasta aquí el consejo para los hombres. Fácil, ¿verdad? No es nada complicado. Cuando se trata de chicas, nunca lo es. ¿O Sí?
Y para vosotras, chicas, si queréis ser pioneras en la práctica de pedir citas, ¿qué se os recomienda? Pues algo realmente difícil… Exáctamente lo mismo que lo expuesto que antes. Solo eliminad la justificación de la cita. No hace falta. Los chicos son literales. Si proponéis una tarde para hablar de futbol, por ejemplo, él irá con la única intención de hablar de futbol. Solo proponed el plan. Si os dice que sí, adelante. Peeeeero… si os dice que no. Aquí sí tengo una mala noticia para ustedes, chicas. Para una chica, puede que no sea su mejor momento, pero para un chico, un no es un no. Lo siento. Pero no te preocupes. Él se lo pierde igual.
Hasta aquí, ya sabemos cómo afrontar el hecho de pedir una cita al chico o la chica que nos gusta. Más adelante, prepararé otro para saber cómo planificar una buena quedada.
Y antes de irme, contestad: ¿Qué buscan los chicos de las chicas, y las chicas de los chicos?
Y ya está. Gracias por vuestra atención y nos vemos en el siguiente tema.